- Un cuarto de mantequilla.
- Un cuarto de harina.
- Una cucharadita de sal.
- Una taza (pequeña) de agua.
- Harina para espolvorear.
Preparación:
- Poner en una fuente redonda el agua, la sal y la mantequilla.
- Agregar la harina, mezclando bien todo.
- Una vez unida la mezcla, verterla sobre una mesa o plancha de respostería (mejor si es de mármol) y formar una bola.
- Colocarla en el centro de la mesa y espolvorearla con abundante harina.
- Aplastar la bola un poco con la mano.
- Con el rollo, enharinado, extender la masa sobre la superficie de la mesa, presionando suavemente, primero hacia la parte más alejada de nosotros y después, volviendo el rollo y la mesa siempre que sea necesario, para que la masa no se pegue.
- Obtendremos así una masa extendida, regular, de medio metro de largo por treinta centímetros de ancho.
- Tomar la masa del extremo más alejado de nosotros y doblarla sobre sí misma, haciendo dos dobleces (de la misma manera que se pliega una carta para introducirla en un sobre alargado).
- A continuación, doblar por la mitad, como su cerráramos un libro.
- Girar la masa, así doblada, de tal manera que el canto del "libro" quede a nuestra derecha.
- Poner el "libro" en el centro de la mesa y volver a extender con el rollo, hasta devolver la masa a su extensión anterior (medio metro por treinta centímetros).
- Volver a plegar exactamente de la misma manera.
- Esta operación debe ser repetida en total cinco veces.
- Se puede dejar reposar la masa veinte minutos entre vuelta y vuelta, cubierta con un paño húmedo y en la nevera.
- O bien esperar al final y dejarla reposar, del mismo modo, pero durante dos horas.
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