Con los respectivos ingredientes, preparar un bizcocho corriente, según la receta publicada anteriormente.
Una vez frío, cortarlo horizontalmente en dos mitades.
Molder las almendras (dejando unas veinte para decorar).
Batir la mantequilla y añadirle poco a poco el azúcar, hasta obtener una mezcla espumosa.
Añadir entonces las dos yemas y la vainilla, sin dejar de remover.
Agregar finalmente las claras, batidas a punto de nieve, y mezclar bien.
Reservar una pequeña parte de este batido para decorar el pastel.
El resto mezclarlo poco a poco con el café instantáneo, las almendras molidas y el coñac.
Preparar aparte un almíbar, colocando en un pequeño recipiente una taza de agua, seis cucharadas de azúcar y una cañita de canela, y dejándolo hervir unos minutos.
Colocar la mitad del bizcocho en una bandeja o plato, según la forma que le hayamos dado (redonda o alargada).
Bañarlo con la mitad del almíbar.
Cubrirlo con las dos terceras partes de la crema moka.
Tapar con la otra mitad del bizcocho, y bañar con el resto del almíbar.
Con la crema moka restante, cubrir el pastel por arriba y por los lados, alisando bien con un cuchillo.
Decorar todo el pastel con la crema de mantequilla reservada al principio, utilizando una manga pastelera con boquilla rizada.